Salir a una excursión por el día es una excelente manera
de alejarse de la ciudad y sus rutinas agobiantes. Una
actividad como esta, además nos permite acercarnos y
explorar la naturaleza que nos rodea, ya sea solos o en
grupo.
No todos podemos ser exploradores a tiempo completo y ocupar los 365 días
del año para sumergirnos en este tipo de aventuras o
proyectos, pero siempre existe la posibilidad de volver
a palpar la naturaleza realizando alguna excursión a los
parques o reservas naturales cercanas a casa. Este tipo
de salidas es lo que se conoce como "hiking", y es una
de las pocas actividades de recreación que ofrecen tanto
beneficio a cambio de tan poco. Este es el espíritu que
yace en el
senderismo o hiking.
¿Qué diferencia hay con el trekking?
Trek, es una palabra que nació en los años ochenta, y se
originó por los alpinistas que viajaban al Himalaya o a
los Andes. Con esta palabra se referían a las largas
caminatas que los acercaban a las bases de las montañas
que planeaban ascender.
Cuando hacemos trekking tenemos distintos grados de
dificultad a considerar. De este modo podemos elegir
rutas para principiantes, o bien rutas de trekking que
demandan mayor esfuerzo y experiencia.
Un ejemplo de una ruta de dificultad baja puede tratarse de
una caminata de un día por terrenos llanos.
Una caminata de dificultad media podría incluir pasar
una noche acampando, seguir una ruta con pendientes
pronunciadas, y llevar una mochila relativamente con más
peso para tener todo lo necesario.
Una caminata de dificultad alta puede requerir tener
experiencia previa, así como llevar carpa, bolsa de
dormir, calentador, alimentos con altas calorías, e
inclusive ir acompañado de un guía experimentado.
El trekking requiere de una planificación detalla del
viaje y de su ruta, mayor a la que se requiere para el
senderismo, pero también exigen una preparación física
y mental mayor para alcanzar las metas propuestas en
dicho viaje.
Senderismo o
Hiking
En esencia, el hiking es una modalidad de montañismo
básico, que no requiere cargar pesadas mochilas con
costosos equipos, ni subir escarpadas laderas, ni saber
complicadas técnicas de nudos o riesgosas maniobras de
escaladas. El hiking nos permite disfrutar de algo que
hemos hecho toda la vida: Caminar.
Caminar
más allá que ir de la casa al auto y del estacionamiento
a la oficina. Caminar es una de las actividades más
saludable para las personas y con muy bajo impacto
físico. Al caminar ganamos fuerza en las piernas, el
corazón late con más vigor, los pulmones trabajan con
más eficacia. Bíceps, músculos del estómago, pecho y
hombros se benefician del simple hecho de andar. Por
otro lado, el caminar nos ayuda a transformar la grasa
en músculo. En resumen, caminar nos ofrece muchos
beneficios físicos, pero también mentales, ya que
nuestro cerebro se reenfoca para asumir los obstáculos
que vamos encontrando en el sendero.
El hiking es una actividad que antecede al montañismo
duro, por lo que es un paso obligado antes de grandes
salidas. Como ya sabrás, esto no ocurre de la noche a la
mañana. Ir sin una preparación física o sicológica a una
salida de muchos días solo nos traerá dolor, incomodidad
y el sentimiento que llevar una mochila a la espalda es
para masoquistas. Y para andar, hay que entrenarse
"andando".
El senderismo o hiking por otro lado, es una actividad
relajante que implica ir por caminos señalizados usando
así el sistema de vías de comunicación tradicional como
puentes, caminos interiores, senderos o rutas conocidas.
El espíritu del senderismo, reposa en poder acercar a la
gente al medio natural, conocer patrimonios y reservas
naturales a
través del uso de senderos.
Aquí radica el espíritu del hiking. Cualquier persona lo
puede realizar con un mínimo de preparación, utilizando
un equipo básico, y colocando lo mejor de si para
explorar lo que tienes a tu alrededor.
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